Es tan inesperada la forma en la que una vida puede virar drásticamente. Hace casi tres años mi vida tomo un rumbo bastante inesperado, me sucedieorn cosas que en la apatía existencial en la que me encontraba nunca imaginé que me iban a pasar, tal vez por resignación o por creerme todo eso que que yo me decía interiormente. Ahora sé que por muy fregada que esté la situación llegará un momento en que la vida se fije en ti y te otorgue pequeños escaloncitos para que puedas empezar a subir y perfilarte a salir. Hace tres años mi existencia era un caos, ahora está mucho mejor, pero aun no logro sentirme totalmente extasiado, porque me exijo mucho y me pongo el pie frecuentemente, porque quiero recuperar el tiempo que perdí y vivir todo eso que en su momento no se dio, porque quiero disfrutar los placeres banales que llego a tener y no me quiero preocupar por lo que realmente importa, porque huyo de mis fantasmas y me adentro aún más a ellos en cada paso que me alejo y ahí radica mi actual problema. Tal vez ese estado de total alivio nunca llegará, la vida consiste en afrontar lo que venga. Mí actual meta es tener la madurez suficiente para no dejarme caer y sobre todo no dejar de mirar las personas que me han ayudado a recuperarme, sin hacer a un lado lo que me llena de satisfacción.
